Una verdadera película de culto, un diamante intertextual que imprime en cada escena una suerte de conexiones exigentes e intelectuales, acompañada de grandes derroches de nostalgia y melancolía de épocas pasadas. En “Velvet Goldmine”, se intenta revivir una era que cambiaría el futuro de la música y aspectos específicos del mundo. Una puesta en escena característica, que nos hace asimilar directamente un episodio en la historia del rock.
David Bowie… ¿Les suena? Él fue la inspiración principal para rodar este film, que sin querer, terminó siendo lo que podemos ver. Digo esto, porque en realidad Todd Hynes (director), quería realizar una biografía del pionero del glam rock, pero el protagonista no quiso ya que tenía en mente hacer algo parecido. Es así, que Hynes y James Lions, se vieron en el trabajo de reformular toda una historia, creando una producción original, con personajes ya conocidos pero con nombres distintos.
Lo más sobresaliente de esta producción es la interrelación de textos que se entretejen anacrónicamente, y además, el mensaje de liberad y rebeldía plasmada a lo largo de su trama, que vale decir, no es tan fácil de comprender en una primer mirada, ya que da la impresión de ser un largo videoclip de temas enganchados y escenas inconexas, que al final de todo toma una forma que deja que pensar.
El film se encabeza con escenas cruciales para comprender el resto de la obra.
El film se encabeza con escenas cruciales para comprender el resto de la obra.
Nos bosqueja en el año 1854 donde una nave espacial llega a Inglaterra para dejar a un ser de otro planeta con un prendedor de esmeralda en la puerta de la casa de los Wilde… El bebé iba a llamarse, justamente, Oscar Wilde y se distinguiría de todos los demás niños. No quería ser abogado, ni camionero, ni panadero… quería ser “ídolo del pop”. Pasaron cien años, y unos chicos en el colegio, le pegan a otro por ser extraño, ese niño encontraría el prendedor verde perteneciente a Wilde y obtendría así su sucesión.
¿Quién pensaría que todo este comienzo nos llevaría a la gloriosa época del glamour y los brillos en los 70? Pero ahí estamos, conociendo a un rockero con boa de colores en el cuello y traje de leopardo. Ese es Brian Slade, que con su personaje, Maxwell Demon, encanta a una generación que ahora le copia cada movimiento. Él es el primero en mostrar, que el ser homosexual no es raro, y hasta puede ser divertido. Así comienza una nueva liberación sexual, que ya había dado sus primeros pasos en los 60.
Desgraciadamente, la estrella termina estrellada, como todo astro que desciende fugazmente. Desde el pedido de su manager, se monta una escena donde le pegan un disparo y cae desplomado en el suelo, desparramando plumas por doquier… pero era sólo eso, un montaje, un movimiento de publicidad que termina saliendo por la culata.
Seguramente, ya estarán relacionando esto con el disco de Bowie “The rise and fall of Ziggy Stardust and The Spiders from Mars”, y están en lo cierto. Esta es una de las primeras relaciones que se pueden apreciar a simple vista. Otra de los elementos biográficos del vanguardista, es el tema relacionado a la homosexualidad, que él mismo había anunciado en el año 72 a una periodista (Melody Maker). Ese momento es retratado de forma similar en la película.
Otro reconocido de la época que se muestra esbozado en el film, es Iggy Pop, con su personaje ficticio Curt Wild, que junto a Brian Slade trabajan en conjunto y tienen un amorío, que transita en toda la historia.
Otra curiosidad es que la narración esta realizada básicamente, como el clásico de Orson Welles, “Citizen Kane” (El ciudadano Kane), donde a uno de los personajes le encomiendan la resolución de un caso y él es el encargado de entrevistar a informantes claves, para reconstruir la historia. Así, es que esto se aplica cuando al periodista Arthur Stuart, le ordenan investigar que es de la vida del que había sido ídolo del glam en los 70 diez años después del episodio donde es baleado y desaparece. De esta manera, Arthur (que había sido fanático hasta el hartazgo de este rey de la vanguardia) se va en busca de los personajes más cercanos en la vida de Slade, pero ahora en un clima hostil, donde los colores se apagan y la que era la música de batalla de una época, se había vuelto a favor de la campaña de un gobierno mediocre.
Concluyendo, en esta película, se ponen al desnudo, temas que todavía son polémicos, como la libertad de elección sexual o cualquier otro tipo de elección; de ser como queremos ser, como nos gusta, sin tapujos. Es así, que se muestra, que en esos tiempos muchos salieron a mostrar su verdadero ser. También se destaca en la película, que al pasar 10 años, la sociedad vuelve a reprimirse y cerrarse, pero las cuestiones que en algún momento son reveladas, tarde o temprano vuelven a salir a la luz.