Una mirada psicodélica a The Cure

Estas no son reseñas de discos descritas de una manera tradicional, es algo muy personal y sensorial. Disfruta.

Three Imaginary Boys (1979)
Como puñado de flores negras en un jardín de infinitos grises, el hombre salía al rescate de mil melodías. Se encontraba solo y cansado, con graves tonos en su garganta y reverberaciones clandestinas que resonaban en lo ancho de todo el bosque en penumbras. Tres personas a lo lejos se divisaban, pero parecían salidas de historias de noche con sus sonrisas fantasmales y torpes, pero el hombre sólo caminaba y miraba el paisaje que alegre y deprimente al mismo tiempo se alzaba vulnerable ante él.
En silencio pedía ayuda a los buitres que sobrevolaban y picoteaban su cabeza, pero no lo escuchaban; le pedía cartas con letras gastadas a ese amor, pero sólo eran sueños rotos de sábado por la noche. Se reía del mundo burlonamente y lloraba a rienda suelta al verlo sufrir. Todo lo dibujaba con palabras cortas pero contundentes, con mensajes directos y melodías marcadas. Mezclas extrañas de un científico loco que buscaba estilo para convertirse en mito.


Seventeen Seconds (1980)
Rutina, monotonía, lentitud, rapidez, caerse, levantarse, volverse a caer, buscarte sin encontrar, pedirte ayuda. ¿Hay alguien ahí? Estoy en un cuarto negro sentada entre paredes movedizas que se vuelven a donde estoy, que de pronto me encierran y me asfixian. No me encuentro, pero sigo ahí, mirando el techo y observando como las estrellas se caen por pequeños recovecos de esperanzas muertas. Sigo en una silla negra, en el cuarto negro con un pequeño rayo de luz colándose por un hueco inoportuno y vos, que me miras por una ventana invisible pero no alcanzo tu mano. También siento ecos y melodías menores, graves y disminuidas de placer, sonidos artificiales que ahora son nuevos y agobian el momento. Cambian las cosas pero sigo en ese cuarto negro, sentada en esa silla negra con vos del otro lado de la ventana, esa ventana imaginaria que gira y gira pero siempre esta en el mismo lugar.

Boys Don’t Cry (1980)
Si veo a mis espaldas caigo al abismo, pero en el horizonte todavía hay un canto de esperanza latente y aunque me persigue el eco de una voz crispante puedo creer que el aliento del león no invadirá mi mente. Los hombres no lloran, pero la melancolía angustia a una cabeza de ilusiones pasadas, pisadas y macabras. No me atrevo a correr en el tiempo pero el pasado sigue latiendo al ritmo de un corazón llenado de sudor y experiencias del más allá.
Sólo un pequeño período de andanza bastaba para que comenzara el mito y el líder con afición maquillara su rostro con incoherentes pinturas de tonos blanquecinos y rojo rubí. Todo se teñía cada vez más de colores oscuros y sombríos pero gritos de leve alegría se alzaban en esas melodías que repetían experiencias y éxitos pasados teñidos con contemporáneas notas del mismo color.

Faith (1981)
Avanzo sobre la gran ciudad y miles de piedras se avecinan a mi paso. Sigo caminando pero espinas se superponen a los cantos y el andar se vuelve aún más peligroso. Despiadadamente me siento a esperar a un costado mientras la esperanza se desvanece en polvo y me quedo ahí por meses mirando como las ideas vuelan entre peces, la gente se avecina espiando entre paredes oscuras y niños comienzan a jugar con recuerdos del pasado que se convierten en torturas del presente.
La tormenta se aproxima y sigo sentada en ese rincón, me saco el sudor de la frente y canto entre melodías suburbanas de clandestino padecer. Luego me zambullo entre nubes grises que me cuentan historias de cariños inconclusos e inalcanzables placeres y me mezclo con la llovizna que repiquetea las baldosas que miran a mis pies humedecidos de mojados pensamientos y vivencias pisadas de barro y miel..

Pornography (1982)
Caras irreconocibles corren entre sombras grises de inútil desvanecimiento e ilusos sueños de equilibrista se rompen en miles de pedazos inalcanzables. El viento avisó sobre la fuerte tormenta que se acercaba, tratamos de cubrir nuestras cabezas pero ya era tarde, todo se tiño de verdes opacos y rojos purpura, acompañados de besos desapasionados entramados en lluvias violentas. Todo pasó rápido pero al mismo tiempo con parsimonia de funeral, sólo caminando se podían observar llamas ardientes y las cenizas como secuelas de descarados desamores con bocas de hielo y congelado corazón.
Cada vez con mayor ahínco los truenos se oían más graves y detonantes, con monótonos tonos donde la cabeza se pierde entre largos caminos de inútil final. Otra vez me detuve a pensar, a meditar a sacar falsas conclusiones, a pensar que la fe perdida ya absorbió todo tipo de esperanza y la muerte está en cada rincón amenazando con alguna mala pasada, pero igual yo la espero entre aburridas utopías y crueles abismos.

Japanese Whispers (1983)
Playas abarrotadas de adolescentes, playas de sol y dulces sueños, pero playas con mezclas sutiles de esperanzas vanas que llueven como monedas de un hierro carcomido por el vital oxígeno. Ya no se escuchan esas voces lúgubres de cementerio tan quejumbrosas y atisbadas, además sonidos de mayor algarabía se alzan aplastando un poco ese pasado oscuro, pero de igual manera un dejo de desengaño inunda el salón.
Ahora estoy en esa playa y me río de la gente, me río del amor, me río de la tristeza, me río de todo lo que pasa a mi alrededor, porque no todo es tan grave como parecía, no todo puede ser tan estúpidamente cruel. El humor es también compatible con la soledad y el desengaño, por eso me vuelvo una cínica que se ríe de todo lo que le hace mal para así alejarlo de la mente, alejarlo del mundo, que desaparezca y ya no vuelva más.

The Top (1984)
Calma, tensión y tempestad; calma, tensión y tempestad otra vez y otra vez, hasta desgarrar. Me destapo y me vuelvo a tapar, me río y vuelvo a llorar ¿Por qué tanto rodar? Me caigo, me levanto, soy el diablo, soy dios, ese dios imperfecto que hace todo al revés, pero sin embargo lo sigue intentando.
Vuelvo a ese desierto, donde ya la playa se acabó y sólo queda arena porque sin querer me alejé del mar, de esa frescura de verano, de esos cuerpos pidiendo un poco más. Otra vez vos no estas y te veo desde una ventada lejana donde me es imposible tocarte, y por eso me conformo con ilusos amores que traen sólo falsos augurios pero que me refugian del tiempo, de la desesperanza, de la incertidumbre del qué vendrá luego. Ahora veo sólo vacío, pero igual bailemos que el mundo sigue girando.

Etiqueta: ,.