Cine: Hedwing and the angry inch











“Hedwing and the angry inch” se estrenó en el año 2000 y por su contenido controversial para los tiempo que corrían no pasó para nada desapercibida por su trama profunda y de contenido social sensible. La historia fue creada, dirigida y protagonizada por John Cameron Mitchell tanto en el teatro como en el cine, y Stephen Trask, le puso toda la musicalidad a la obra, que vale decir que es una completa maravilla. 

La película cuenta la difícil historia de un hombre trans quien a través de música inspirada en la era glam rock de los 70 y en grandes artistas como David Bowie, Iggy Pop y Lou Reed, relata como monólogo momentos clave de su vida durante la guerra fría y posterior a ella.

Ya desde el comienzo del film, el glamoroso mundo de Hedwing nos atrapa totalmente, sus outfits, música pegadiza, rebeldía e historia hacen que no puedas despegarte de la pantalla.

En líneas generales, la historia habla sobre Hansel (luego Hedwing), un joven que en la guerra fría queda del lado de la Alemania comunista o Alemania del Este, hasta que conoce a un soldado estadounidense que se enamora de él. Al poco tiempo deciden casarse y mudarse a la Alemania occidental y capitalista. La única manera posible en ese entonces para contraer matrimonio era entre un hombre y una mujer, por lo que la madre de Hansel, le da su nombre, pasaporte y encuentra un médico para realizarle a su hijo el cambio de sexo. La operación sale mal y Hedwing queda con un pequeño bulto entre las piernas que no era lo deseado, por eso de ahí el nombre de la película: "the angry inch" (la pulgada enfadada).
 
Unos años después, Hedwig se encuentra viviendo en un remolque en Kansas, Estados Unidos y en ese momento su marido la abandona por otro hombre y armada de una peluca y su mejor falda, decide transitar el camino de la música creando su propio grupo de rock. Sobrevive haciendo de niñera y no tarda en conocer a un chico de 17 años llamado Tommy, que se convierte en su amante y protegido. Le enseña todo los secretos de la música rock y le pone un nombre artístico: “Tommy Gnosis”. El chico acaba abandonándola, le roba sus canciones y se convierte en una gran estrella del rock. A partir de toda esta entremezcla se desenlaza esta entretenida historia.

Es realmente una película para ver, disfrutar y analizar por el alto contenido histórico. Además, a nivel musical no tiene desperdicio. La banda de sonido es un condimento indispensable e imperdible de comienzo a fin ya que expresa con creces la actitud y sentimiento del protagonista.


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De Chuck Berry a Elvis: La era dorada del rock and roll











¿Qué es el rock & roll? ¿Cuáles son sus raíces? ¿Por qué se hizo tan popular? Estas son preguntas que no muy a menudo nos hacemos, pero aquí se responden solas exponiendo a estos inigualables revolucionarios que le pusieron más velocidad al R&B (rhythm and blues) y despertaron a miles de adolescentes en los años 50 llevándolos a vislumbrar una nueva época en la historia de la música y la vida social que marcaría un definitivo antes y después. 

Chuck Berry

“Jhonny B. Goode” es una de las canciones más versionadas del rock y pertenece al gran Chuck Berry.
Charles Edward Anderson, su nombre real, nació el 18 de octubre de 1926 en Saint Louis, Misuri. Comenzó sus pasos en la senda de la música tocando blues acompañado de su guitarra y a lo largo de la década del 50 ese sonido se volvió lo que todos conocemos hoy.
En esos tiempos comenzó a ganarse un pequeño sueldo tocando en Sir John’s Trio que luego terminaría llamándose Chuck Berry Combo, con lo que comenzó a llamar la atención por su talento y carisma indiscutible.
Siguiendo el camino a la fama, en el año 1955 viaja a Chicago donde conoce a nada más ni nada menos que al famoso blusero Muddy Waters quien le sugiere contactarse con la compañía Chess Records. Rápidamente, hace contacto y firman un contrato, así es que Chuck graba junto a ellos los que son hoy sus grandes éxitos: “Maybelline”, “Roll over Bethoven” y “Rock and Roll”.
En los 60 comenzaron los escándalos cuando es acusado de tráfico de menores y condenado a pagar una multa de 5000 dólares y pena de prisión de cinco años. En el año 1963 es liberado, pero su reputación ya no es la misma y le cuesta poder volver a llegar a la gente. Así es que en los años 70 Berry viaja acompañado sólo de su guitarra Gibson, después de ser culpado de evasión de impuestos.
A mediados de los 70 comienza nuevamente a tocar en varios espacios de Norteamérica y hasta por el mundo por lo que comienza a llamar nuevamente la atención por su altísima capacidad musical y carisma.
Chuck Berry fue incluido en el Hall of Fame y ha inspirado a numerosos músicos como a Keth Richard y Angus Young quien de él copió el famoso “andar de pato” o más conocido como “duckwalk”. 
El 17 de marzo de 2017, nos despedimos de este gran artista a sus 90 años. 


Little Richard
Quien alguna vez no habrá escuchado “Tutti Frutti”, ese rock & roll electrizante con una voz excitante y enérgica del fantástico Little Richard.
Nació bajo el nombre Richard Wayne Penniman al sur de Estados Unidos el 5 de diciembre de 1932 y fue el tercero de doce hijos. Su padre era destilador ilegal de whisky y muy severo con él por lo que creció más cerca de su madre quién le acercó su primera pasión: el piano.
De la mano de este instrumento comienza a forjar su estilo y la década del 50 fue el momento donde empieza a conocer varias personas relacionadas con el mundo musical... aunque varios proyectos terminan en una profunda frustración.
Sin mucho que hacer con su música en 1955 trabaja de lavaplatos en una estación de colectivos en Macon, su ciudad natal. En un manotazo de ahogado envía una maqueta a la compañía Speciality Records con la que seis meses después intenta grabar algunas sesiones pero la mayoría salen medio pelo. Un día en forma de improvisación nace “Tutti Frutti” y… whala! un hito en la historia de la música había comenzado.
Más tarde grabó otros grandes hits como “Long tall Sally” y “Lucille”, que obviamente fueron un éxito en las posteriores décadas.
En los 70 y 80 siguió con la música pero también dedicó su vida a la religión aunque en un principio fue rechazado por sus adicciones y delirios sexuales volvió y celebró algunas bodas de celebrities como la de Demi Moore, Bruce Willis y Cyndi Lauper.
Little Richard no cabe dudas que marcó a varias generaciones, sin irnos más lejos los propios Rolling Stone manifestaron su admiración y compartieron el placer de tocar con él en un escenario.
En el 2020, más precisamente el 9 de mayo, falleció a los 87 años habiendo vivido una larga vida de rock n roll.

Jerry Lee Lewis
Quién no bailó en alguna boda “Great balls of fire”, exactamente aquí hacemos referencia a Jerry Lee Lewis o “the killer” como solían decirle, cantante, tecladista y compositor.
Llama la atención que sus padres al ver el talento de su pequeño hijo hipotecaron su granja para poderle comprar un piano, pero es la realidad y todos lo agradecemos.
Jerry nació al este de Louisana el 29 de septiembre de 1935 y a medida que fue creciendo fue influenciado por sonidos populares como el country, R&B, boogie y gospel formando su propio estilo.
A los 16 años se casa y ya graba sus primeras composiciones como “New Orleans boogie”, pero su madre lo manda a un colegio en Texas para que sólo toque música religiosa. Fue expulsado cuando interpretó una versión de “My God is real” al estilo boogie-woogie por lo que fue considerado un rebelde transgresor de la biblia.
El éxito llegó en 1957 con “Whole lotta shakin”, que se convirtió en un emblema del rock & roll en unos pocos minutos, ya que la primera vez que Jerry la tocó en público fue en Arkansas y la gente pidió que la repitiera veinticinco veces… ¡esa misma noche! Por su considerado gran contenido sexual fue prohibida en muchos lugares hasta en el famoso programa de Ed Sullivan donde todos los artistas del momento hacían presencia. Así es como llega al puesto número tres de los rankings y vende seis millones de copias.
Más tarde de la mano de Otis Blackwell y Jack Hammer llega el gran éxito de Lewis, hablamos del ya nombrado “Great balls of fire”.
En esta misma época se produce una de las anécdotas más memorables por la cual Jerry se apropia del apodo “The killer”. Una noche tuvo que auspiciar como telonero de Chuck Berry y no convencido con eso subió sosteniendo una botella con combustible y mientras tocaba este último tema prendió fuego el piano. 
Las décadas siguientes llegan los escándalos, entre amoríos y divorcios que llenan páginas y páginas de diarios amarillistas.
Al fin vuelve a encaminarse en la música a mediados de la primer década del 2000 y el año pasado sacó un disco titulado “Mean old man” con un marcado estilo country.
En el año 2022 murió en DeSoto, Misisipi.

Elvis Presley
No necesitamos caracterizar demasiado a este personaje que tiene vida propia con solo mencionar su nombre. Según las mismas palabras de Little Richard: “Fue un integrador, Elvis fue una bendición, no dejaban pasar la música negra, pero él abrió la puerta”. De pronto apareció en canales abiertos moviendo la pelvis, cantando con su voz sexy e incitando a todas las chicas con su locura. Fue una rebelión, un personaje que marcó indiscutidamente al rock ya que permitió que estas melodías llegaran a traspasar esa dura barrera racial.
El rey, apodo con el que todos también lo conocen, nació en Mississippi el 8 de enero de 1835 y fue hijo único por lo que siempre fue muy unido con sus padres. De pequeño le regalaron una guitarra que realmente él no esperaba ya que le era más de su agrado en ese momento por los sueños de todo niño, una bicicleta nueva o un rifle de aire comprimido.
En el colegio era un marginado debido a que era considerado un roñoso por tocar música hillbilly y vivir en un barrio afroamericano. Más tarde, en la secundaria, comienza a llamar la atención por su look, belleza y carisma con las chicas.
Los años 50 llegaron para plantarlo como éxito en la escena musical mundial, cuando Sam Phillips, dueño de Sun Records vio en Elvis algo especial en su estilo y música. Así es que lanza su primer sencillo “Heartbreak Hotel” en 1956 y luego llega su debut en el cine con “Love me tender”.
En 1958 fue reclutado al ejército y ese lapso fue el que más le sirvió para llegar al éxito total. A su vuelta la palabra estrella no le cabía, cada vez se hacía más grande y se volvía en un verdadero mito.
Lamentablemente lo perdimos el 16 de agosto de 1977, por una sobredosis de fármacos que el solía tomar muy a menudo.
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Una mirada psicodélica a The Cure

Estas no son reseñas de discos descritas de una manera tradicional, es algo muy personal y sensorial. Disfruta.

Three Imaginary Boys (1979)
Como puñado de flores negras en un jardín de infinitos grises, el hombre salía al rescate de mil melodías. Se encontraba solo y cansado, con graves tonos en su garganta y reverberaciones clandestinas que resonaban en lo ancho de todo el bosque en penumbras. Tres personas a lo lejos se divisaban, pero parecían salidas de historias de noche con sus sonrisas fantasmales y torpes, pero el hombre sólo caminaba y miraba el paisaje que alegre y deprimente al mismo tiempo se alzaba vulnerable ante él.
En silencio pedía ayuda a los buitres que sobrevolaban y picoteaban su cabeza, pero no lo escuchaban; le pedía cartas con letras gastadas a ese amor, pero sólo eran sueños rotos de sábado por la noche. Se reía del mundo burlonamente y lloraba a rienda suelta al verlo sufrir. Todo lo dibujaba con palabras cortas pero contundentes, con mensajes directos y melodías marcadas. Mezclas extrañas de un científico loco que buscaba estilo para convertirse en mito.


Seventeen Seconds (1980)
Rutina, monotonía, lentitud, rapidez, caerse, levantarse, volverse a caer, buscarte sin encontrar, pedirte ayuda. ¿Hay alguien ahí? Estoy en un cuarto negro sentada entre paredes movedizas que se vuelven a donde estoy, que de pronto me encierran y me asfixian. No me encuentro, pero sigo ahí, mirando el techo y observando como las estrellas se caen por pequeños recovecos de esperanzas muertas. Sigo en una silla negra, en el cuarto negro con un pequeño rayo de luz colándose por un hueco inoportuno y vos, que me miras por una ventana invisible pero no alcanzo tu mano. También siento ecos y melodías menores, graves y disminuidas de placer, sonidos artificiales que ahora son nuevos y agobian el momento. Cambian las cosas pero sigo en ese cuarto negro, sentada en esa silla negra con vos del otro lado de la ventana, esa ventana imaginaria que gira y gira pero siempre esta en el mismo lugar.

Boys Don’t Cry (1980)
Si veo a mis espaldas caigo al abismo, pero en el horizonte todavía hay un canto de esperanza latente y aunque me persigue el eco de una voz crispante puedo creer que el aliento del león no invadirá mi mente. Los hombres no lloran, pero la melancolía angustia a una cabeza de ilusiones pasadas, pisadas y macabras. No me atrevo a correr en el tiempo pero el pasado sigue latiendo al ritmo de un corazón llenado de sudor y experiencias del más allá.
Sólo un pequeño período de andanza bastaba para que comenzara el mito y el líder con afición maquillara su rostro con incoherentes pinturas de tonos blanquecinos y rojo rubí. Todo se teñía cada vez más de colores oscuros y sombríos pero gritos de leve alegría se alzaban en esas melodías que repetían experiencias y éxitos pasados teñidos con contemporáneas notas del mismo color.

Faith (1981)
Avanzo sobre la gran ciudad y miles de piedras se avecinan a mi paso. Sigo caminando pero espinas se superponen a los cantos y el andar se vuelve aún más peligroso. Despiadadamente me siento a esperar a un costado mientras la esperanza se desvanece en polvo y me quedo ahí por meses mirando como las ideas vuelan entre peces, la gente se avecina espiando entre paredes oscuras y niños comienzan a jugar con recuerdos del pasado que se convierten en torturas del presente.
La tormenta se aproxima y sigo sentada en ese rincón, me saco el sudor de la frente y canto entre melodías suburbanas de clandestino padecer. Luego me zambullo entre nubes grises que me cuentan historias de cariños inconclusos e inalcanzables placeres y me mezclo con la llovizna que repiquetea las baldosas que miran a mis pies humedecidos de mojados pensamientos y vivencias pisadas de barro y miel..

Pornography (1982)
Caras irreconocibles corren entre sombras grises de inútil desvanecimiento e ilusos sueños de equilibrista se rompen en miles de pedazos inalcanzables. El viento avisó sobre la fuerte tormenta que se acercaba, tratamos de cubrir nuestras cabezas pero ya era tarde, todo se tiño de verdes opacos y rojos purpura, acompañados de besos desapasionados entramados en lluvias violentas. Todo pasó rápido pero al mismo tiempo con parsimonia de funeral, sólo caminando se podían observar llamas ardientes y las cenizas como secuelas de descarados desamores con bocas de hielo y congelado corazón.
Cada vez con mayor ahínco los truenos se oían más graves y detonantes, con monótonos tonos donde la cabeza se pierde entre largos caminos de inútil final. Otra vez me detuve a pensar, a meditar a sacar falsas conclusiones, a pensar que la fe perdida ya absorbió todo tipo de esperanza y la muerte está en cada rincón amenazando con alguna mala pasada, pero igual yo la espero entre aburridas utopías y crueles abismos.

Japanese Whispers (1983)
Playas abarrotadas de adolescentes, playas de sol y dulces sueños, pero playas con mezclas sutiles de esperanzas vanas que llueven como monedas de un hierro carcomido por el vital oxígeno. Ya no se escuchan esas voces lúgubres de cementerio tan quejumbrosas y atisbadas, además sonidos de mayor algarabía se alzan aplastando un poco ese pasado oscuro, pero de igual manera un dejo de desengaño inunda el salón.
Ahora estoy en esa playa y me río de la gente, me río del amor, me río de la tristeza, me río de todo lo que pasa a mi alrededor, porque no todo es tan grave como parecía, no todo puede ser tan estúpidamente cruel. El humor es también compatible con la soledad y el desengaño, por eso me vuelvo una cínica que se ríe de todo lo que le hace mal para así alejarlo de la mente, alejarlo del mundo, que desaparezca y ya no vuelva más.

The Top (1984)
Calma, tensión y tempestad; calma, tensión y tempestad otra vez y otra vez, hasta desgarrar. Me destapo y me vuelvo a tapar, me río y vuelvo a llorar ¿Por qué tanto rodar? Me caigo, me levanto, soy el diablo, soy dios, ese dios imperfecto que hace todo al revés, pero sin embargo lo sigue intentando.
Vuelvo a ese desierto, donde ya la playa se acabó y sólo queda arena porque sin querer me alejé del mar, de esa frescura de verano, de esos cuerpos pidiendo un poco más. Otra vez vos no estas y te veo desde una ventada lejana donde me es imposible tocarte, y por eso me conformo con ilusos amores que traen sólo falsos augurios pero que me refugian del tiempo, de la desesperanza, de la incertidumbre del qué vendrá luego. Ahora veo sólo vacío, pero igual bailemos que el mundo sigue girando.
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Cine: Rockstar, aquellos dorados 80s

Los ‘80 fueron tiempos donde el denominado “Hair metal” se había apoderado de las estaciones de radio y crecía como epidemia en la TV con videoclips que gritaban “Sexo, drogas y rock & roll”. La película “Rockstar” del año 2001, se enmarca en este contexto de hard rock rabioso y las famosas power ballads.










El director, Stephen Herek (el mismo de “Critters” en 1986), curiosamente se inspiró para realizar este film, en el cantante Tim “Ripper” Owens, que ingresó a Judas Priest en 1996 como reemplazo de Rob Halford. Lo llamativo de este personaje, es que la entrada se debió a su actuación anterior en una banda tributo a Judas, por lo que pasó de ser un simple fanático, a formar parte de la historia del grupo.

Así es que en “Rockstar” se refleja esta historia, pero con otra vuelta de tuerca, ya que se creó una banda ficticia de hard rock apodada Steel Dragon contextualizada, como se dijo anteriormente, en los coloridos ‘80.
El film cuenta con las actuaciones estelares de Mark Wahlberg como Chris "Izzy" Cole el cantante de “Blood Pollution”, banda tributo a Steel Dragon y Jennifer Aniston como Emily, novia y manager de este.

Otra característica llamativa, es que en la película las bandas están formadas por verdaderos músicos y rockeros, ya que desde la dirección se quería mostrar realmente el espíritu del género. Es así que Steel Dragon está formado por Jeff Pilson, ex bajista de Dokken y actualmente colaborador habitual en Foreigner; Zakk Wylde, guitarrista de Black Label Society; y el batería Jason Bonham , hijo de John Bonham ex integrante de Led Zepellin. Agregando que la voz en las canciones es interpretada por el fabuloso Michael Matijevic, cantante de Steelheart. La banda tributo Blood Pollution, también se compone de reconocidos artistas musicales, incluyendo el guitarrista Nick Catanese, de Back Label Society, el baterista Blas Elias de Slaughter, y el bajista Brian Vander Ark integrante de The Verve Pipe.

Para esta peli se crearon canciones originales con nada menos que la ayuda de músicos reconocidos como Sammy Haggar (Van Halen), Peter Beckett (Player), Steve Plunkett (Autograph); Twiggy Ramirez (Marilyn Manson), Desmond Child, entre otros. "La música original que se creó para esta película muestra la tendencia real de aquella época, pero la sensibilidad es totalmente moderna", explica Robert Lawrence, guionista y productor de “Rockstar”. "Tratamos de equilibrar nuestro respeto por la integridad de la música de los 80 y, al mismo tiempo, proporcionarle un sonido actual y fresco" concluyó Lawrence.

Según notas del director, el mayor reto fue la realización de la escena del concierto de rock, donde Izzy Cole, el protagonista, actúa con Steel Dragon en un gran recital lleno de fervientes fanáticos. Para esto no se les ocurrió mejor idea que captar esa emoción en un verdadero show realizado en el 13 de mayo del 2001 en vivo para 10.000 fans en el Sports Arena de Los Angeles, con las actuaciones de C.C. DeVille de Poison, Metal Shop, Great White, WASP y Metallica.

Si sos fanático del rock y adoras esas épocas ochentosas de los batidos y los jeans rotos no te puedes perder esta película y su banda sonora, una verdadera joya.
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Cine: Velvet Goldmine, entre brillos y vicios

Una verdadera película de culto, un diamante intertextual que imprime en cada escena una suerte de conexiones exigentes e intelectuales, acompañada de grandes derroches de nostalgia y melancolía de épocas pasadas. En “Velvet Goldmine”, se intenta revivir una era que cambiaría el futuro de la música y aspectos específicos del mundo. Una puesta en escena característica, que nos hace asimilar directamente un episodio en la historia del rock.










David Bowie… ¿Les suena? Él fue la inspiración principal para rodar este film, que sin querer, terminó siendo lo que podemos ver. Digo esto, porque en realidad Todd Hynes (director), quería realizar una biografía del pionero del glam rock, pero el protagonista no quiso ya que tenía en mente hacer algo parecido. Es así, que Hynes y James Lions, se vieron en el trabajo de reformular toda una historia, creando una producción original, con personajes ya conocidos pero con nombres distintos.


Lo más sobresaliente de esta producción es la interrelación de textos que se entretejen anacrónicamente, y además, el mensaje de liberad y rebeldía plasmada a lo largo de su trama, que vale decir, no es tan fácil de comprender en una primer mirada, ya que da la impresión de ser un largo videoclip de temas enganchados y escenas inconexas, que al final de todo toma una forma que deja que pensar.
El film se encabeza con escenas cruciales para comprender el resto de la obra.

Nos bosqueja en el año 1854 donde una nave espacial llega a Inglaterra para dejar a un ser de otro planeta con un prendedor de esmeralda en la puerta de la casa de los Wilde… El bebé iba a llamarse, justamente, Oscar Wilde y se distinguiría de todos los demás niños. No quería ser abogado, ni camionero, ni panadero… quería ser “ídolo del pop”. Pasaron cien años, y unos chicos en el colegio, le pegan a otro por ser extraño, ese niño encontraría el prendedor verde perteneciente a Wilde y obtendría así su sucesión.

¿Quién pensaría que todo este comienzo nos llevaría a la gloriosa época del glamour y los brillos en los 70? Pero ahí estamos, conociendo a un rockero con boa de colores en el cuello y traje de leopardo. Ese es Brian Slade, que con su personaje, Maxwell Demon, encanta a una generación que ahora le copia cada movimiento. Él es el primero en mostrar, que el ser homosexual no es raro, y hasta puede ser divertido. Así comienza una nueva liberación sexual, que ya había dado sus primeros pasos en los 60.

Desgraciadamente, la estrella termina estrellada, como todo astro que desciende fugazmente. Desde el pedido de su manager, se monta una escena donde le pegan un disparo y cae desplomado en el suelo, desparramando plumas por doquier… pero era sólo eso, un montaje, un movimiento de publicidad que termina saliendo por la culata.

Seguramente, ya estarán relacionando esto con el disco de Bowie “The rise and fall of Ziggy Stardust and The Spiders from Mars”, y están en lo cierto. Esta es una de las primeras relaciones que se pueden apreciar a simple vista. Otra de los elementos biográficos del vanguardista, es el tema relacionado a la homosexualidad, que él mismo había anunciado en el año 72 a una periodista (Melody Maker). Ese momento es retratado de forma similar en la película.

Otro reconocido de la época que se muestra esbozado en el film, es Iggy Pop, con su personaje ficticio Curt Wild, que junto a Brian Slade trabajan en conjunto y tienen un amorío, que transita en toda la historia.
 
Otra curiosidad es que la narración esta realizada básicamente, como el clásico de Orson Welles, “Citizen Kane” (El ciudadano Kane), donde a uno de los personajes le encomiendan la resolución de un caso y él es el encargado de entrevistar a informantes claves, para reconstruir la historia. Así, es que esto se aplica cuando al periodista Arthur Stuart, le ordenan investigar que es de la vida del que había sido ídolo del glam en los 70 diez años después del episodio donde es baleado y desaparece. De esta manera, Arthur (que había sido fanático hasta el hartazgo de este rey de la vanguardia) se va en busca de los personajes más cercanos en la vida de Slade, pero ahora en un clima hostil, donde los colores se apagan y la que era la música de batalla de una época, se había vuelto a favor de la campaña de un gobierno mediocre.

Concluyendo, en esta película, se ponen al desnudo, temas que todavía son polémicos, como la libertad de elección sexual o cualquier otro tipo de elección; de ser como queremos ser, como nos gusta, sin tapujos. Es así, que se muestra, que en esos tiempos muchos salieron a mostrar su verdadero ser. También se destaca en la película, que al pasar 10 años, la sociedad vuelve a reprimirse y cerrarse, pero las cuestiones que en algún momento son reveladas, tarde o temprano vuelven a salir a la luz.
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Joyas perdidas del rock: Glamour Punks










Podría decir que es una de la banda representantes y paradójicamente más under y desconocida del Glam punk. Su cuna fue Hollywood a finales de los 80, como sabemos este momento significó un cambio importante de género musical hegemónico, el grunge de Seattle comenzaba a invadirlo todo. Así es que los batidos, las lentejuelas, el leopardo y los colores llamativos, daban lugar a un estilo más sobrio con camisas a cuadros, jeans y zapatillas junto a un sonido difícil de caracterizar por lo que se llamaría en ese momento alternativo.
En este contexto se rebelaban los Glamour Punks naciendo en el corazón de la fama, West Hollywood, específicamente en el Sunset Strip, lugar que dio cobijo desde los años 60 a muchas legendarias bandas. 

La banda fue formada originalmente en 1989 con Mandie (voz), Dizzy Damage (bajo, RIP 1995), Mickey Lord (guitarra) y Fly T. Hooker (batería). Se caracterizaron desde un primer momento por su estética pomposa, principalmente batidos despeinados y de colores, marcado maquillaje facial y exagerada cantidad de alhajas. A este look se suma la actitud grosera, sucia y sin tapujos típica punk.
 
Esta fórmula exquisita forjó los cimientos del grupo influenciada por los grandes New York Dolls, exponentes del Glam rock, Sex Pistols, los inicios de Mötley Crüe (“Too Fast for love”), entre otros.
Por falta de presupuesto y otras cuestiones Glamour Punks no pudo en sus albores grabar un disco bien puesto, por lo que tenemos hasta el día de hoy de aquellos tiempos son varios demos y recopilatorios de demos, algunos con mejor calidad que otros pero que de igual manera captan la densidad punk que los caracteriza.
 
Temas como “Antisocial child”, “Kick her in the head”, “Kill the clown”, “Video nasty” y el emblemático “Hated by millions”, son lemas para los fanáticos de esta banda que después de más de 20 años y a pesar de su poca difusión siguen de pie intentando impulsar el género opacado por tanto mediatismo y sonido electrónico y futurista.

La vuelta
La última vuelta de la banda fue el 4 de junio del 2011 Glamour Punks volvió a los escenarios pero con sólo Mandie como miembro original, los demás todos nuevos integrantes. La cita se dio en la ciudad que los vio nacer, Hollywood, en el Viper Room con un público pequeño pero extasiado.
En una entrevista realizada por Glitzine cercana a esa fecha, el vocalista comentó que actualmente ya nada es como su época de punk rebelde, se levanta a las 6 de la mañana, lleva su hijo al colegio, es mezclador de audio independiente para televisión y practica golf en sus ratos libres. Pero igualmente intenta mantener sus ensayos para estar al tanto con su pasión que es la música.

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Joyas perdidas del rock: Big Bang Babies

Los Big Bang Babies son pioneros del denominado Blubblegum Glam. Este tipo de expresión lleva la esencia del Glam de los 70’ y 80’ respecto a la estética, pero en el área musical además de una gran influencia Bubblegum Pop, se evidencia una inclinación a la fusión entre el rock, punk y pop, con melodías pegadizas y rockeramente glamorosas. 











Como no podía casi ser de otra manera los Big Bang Babies, nacieron en la cuna de Hollywood, tocando en la gloriosa Sunset Strip. Originalmente el grupo se conformó con la voz de Ashley Kit, el destacado Keri Kelli en guitarra, Tweety Boyd en el bajo y Freddie Ferrin a cargo de la batería (luego reemplazado por Keith Alan). No se conoce demasiado de la historia de la banda pero se sabe que la presentación debut fue el sábado 17 de agosto de 1990 en el Roxy hollywoodense, con otras bandas under del momento de similar estilo como Swingin’ Thing, Trash Alley, Rock Botton y Spin Dizzy.

La banda grabó la primera publicación oficial que marcó su esencia en el año 1992, me refiero al disco que lleva el mismo nombre por el cual se hacían llamar, con tan sólo siete temas, así mismo, una verdadera joya.

El material no llegó demasiado lejos, pero no por su contenido sino por la época en la que se inscribió, recordemos que en los 90’ reinaba el grunge, el glamour era dejado de lado. Igualmente alcanzaron algunas partes del mundo y lograron un cierto triunfo en la escena underground del país del norte.
“Big Bang Babies”, es digno de ser escuchado, un buen sonido cargado de melodías suaves y salvajes que al llegar a cada estribillo emanan grandes dosis del mejor rock del estilo. Ejemplos claros de esto son temas como “Everybody needs a hero”, “Saturday night”, “Come on”, “Love Drug”… en general cada tema se puede considerar un hit.

La segunda placa se llamó “Watch Out, Here I Come” y se lanzó en 1993, sólo un año después, este disco como el anterior, trajo una gran camada de otros temas al estilo hit con muy buen sonido, puedo nombrar así “Candy Girl” o “Stop the World”. A diferencia del otro trabajo este material carga más pistas al estilo balada, que hacen bajar un cambio como “Everybody knows my baby”.

El tercer lanzamiento se realizó en 1995, y se denominó “Black Market”. Se trata de un compilado de los mejores temas hasta ese momento. Lo acompañaba un arte de tapa muy oscuro que casi adelantaba lo que iba a pasar después: la desintegración de todos sus miembros, quienes siguieron igualmente el camino del rock.

Keri Kelli, el comodín
Este guitarrista nació el 7 de septiembre de 1971. Como se lo merece por su genial nivel musical y perseverancia le dedico un pequeño apartado en esta sección.

Pasó por tantas bandas que creería que ni el recuerda, antes de Big Bang Babies, a mediado de los 80’, se desempeñó en grupos poco conocidos, como Empire, del cual casi ya ni se puede conseguir al menos un simple. Siempre Keri fue abordando a lo largo y a lo ancho del rock & roll, por lo cual luego de los Big Bang Babies, comenzó a formar parte de agrupaciones mucho más reconocidas y que tienen actualmente un lugar en el trono del rock, si se puede decir de alguna manera. Me remito a formaciones como, Pretty Boy Floyd (1995), Ratt (2000), Slash Snakepit (2000), Warrant (2001), Love/Hate (2002), L.A. Guns (2003) y Skid Row (2008). En todas ellas hizo un gran trabajo y desarrolló aún más sus habilidades, aunque como se sabe no duró demasiado en cada una, quizás por aburrimiento, este chico definitivamente no puede quedarse quieto.
Otra de las participaciones por la que hizo resonar aún más su nombre fue junto al veterano Alice Cooper, con el que se sumó a su gira en los años 2006 y 2010.
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Cine: Hysteria (Def leppard History)

Def Leppard fue una de las bandas más taquilleras en la historia de la música, precisamente en la década del 80. Haciendo homenaje a ese fenómeno se produjo “Hysteria”, película que lleva el nombre de su cuarta placa lanzada en el año 1987 luego de años de tragedia y locura. Amada u odiada por sus fanáticos relata la biografía de este grupo que marcó la historia del hair metal.










El film fue producido en el año 2001 por la cadena VH1, en el marco de la seria Movies that rock! Es algo difícil de conseguir pero nunca imposible con la facilidad que Internet nos ofrece.
La historia está contada casi fielmente a la real, obviamente que existen elementos trascendente que son omitidos por exceder los 90 minutos que dura la película. Así mismo es un material importante para tener en cuenta y aprender más sobre esta banda que algunos quizás hoy en día igualmente no conocen.
La película comienza de manera anacrónica, concretamente con el accidente automovilístico del baterista Rick Allen en diciembre del ‘84, dos años antes del lanzamiento de “Hysteria”, donde pierde su brazo izquierdo. Luego de esta impactante primera escena se vuelve siete años atrás, donde Joe Elliot (futuro cantante de Def Leppard), conoce a Pete Willis (guitarrista del grupo hasta el año ’82) que lo invita a formar parte de su banda “Atomic Mass” (Masa atómica). Joe entusiasmado participa de un ensayo y muestra un logo que él mismo había logrado con el nombre “Deaf Leopard”, luego modificado para ser el que todos conocemos.

Aquí es donde todo el relato comienza a entrelazarse mezclando el sexo, las drogas, el rock & roll y la tragedia. La perdida del brazo del baterista, fue un gran golpe para la banda, ya que tuvieron que parar dos años el movimiento. Así mismo esto no fue un obstáculo imposible de cruzar. Rick Allen superó el accidente y comenzó a practicar sólo con su mano derecha, la voluntad y las fuerzas para luchar de este chico que en ese momento sólo tenía 20 años es increíble.

La otra cara de las complicaciones en la historia de Def Leppard son las adicciones. Steve Clark, el blondo guitarrista, a raíz de traumas psicológicos relacionados con su padre creó una fuerte adicción al alcohol, lo que lleva a descompensar casi el 40% de la actividad de su hígado. Llega a superar los ’80, pero en 1991 fue encontrado muerto luego de haber ingerido una mezcla de alcohol y drogas. Un dato para tener en cuenta y escuchar es la canción llamada “Song & Emotion” compuesta por Tesla dedicada a él.
El álbum “Hysteria”, se lanza a finales de agosto de 1987, seis de sus siete singles alcanzan el top 20. Este disco se une, junto con “Thriller” y “Bad” de Michael Jackson y “Born In the USA” de Bruce Springsteen, al club de los álbumes con 7 US Hot 100 Singles, llegando a vender más de 17 millones de copias en todo el mundo.

Si te quedaste con ganas y queres ver más sobre la banda existe otro DVD llamado “Classic Albums: Def Leppard – Hysteria” (2002) que aunque no oficial, es altamente recomendable. En este la banda en primera persona cuenta como grabaron este exitoso álbum.
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Cine: Cabezas Huecas

Esta graciosa comedia lanzada en 1994 y dirigida por Michael Lehmann, cuenta la historia de tres jóvenes que toman un estudio de radio con pistolas de juguete casi accidentalmente para que transmitan al aire un tema de su banda y así hacerse un poco conocidos en la bendita ciudad de Los Ángeles. Se recomienda para el domingo de resaca rockera.










Lo destacable de esta película es en su mayor parte, la reunión de actores y artistas talentosos, que si no lo eran en ese momento lo fueron poco tiempo después.
Como protagonista principal interpretando a Chazz, líder de la banda ficticia de hard rock “Los llaneros solitarios”, se encuentra Brendan Fraser, haciendo del típico rockero vago, sexy y medio tonto. Los compañeros de grupo en el film son Rex, por Steve Buscemi y el algo bobo y tierno Pip representado por Adam Sandler, que todavía era sólo un cómico más en Hollywood, siendo este recién su cuarta actuación en una película. Además, el locutor programador de la radio “KPPX” es el talentoso Joe Mantegna.
Por otro lado, también aparece haciendo del característico policía al que todos burlan, el querido y cómico Chris Farley. Otro de los artistas que participa y también luego hizo carrera es David Arquette, interpretando a Carter, un joven empleado de la radio.

Un elemento destacado de esta película, es la banda de sonido que obviamente, como no podía ser de otra forma, esta integrado por rock californiano de los 80’ y 90’. El tema que encabeza la lista es “Born to raise hell” de Motörhead, que cuenta además con el video clip que retrata el film. Asimismo, se encuentran otras canciones de intérpretes como los Ramones, Aerosmith y White Zombie entre otros. Además de contribuir con la banda sonora, Lemmy Kilmister, participa en una pequeña escena.
 
Pero la mejor parte es cuando Chazz (Brendan Fraser), está negociando con un productor y le hace unas preguntas de prueba entre ellas: ¿Quién ganaría en una pelea? ¿Dios o Lemmy?, confuso el hombre responde: ¿Lemmy? Y de atrás Rex (Steve Buscemi) dice: “Error! Pregunta engañosa, Lemmy es dios!”.
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Crónica: Alice Cooper, el villano del rock en Argentina

El 28 de mayo del 2011 se presentó en el Microestadio de Malvinas Argentinas el legendario Alice Cooper. Antes tuvo que cancelar el show pactado en Chile el jueves 26 por una leve enfermedad, pero se recuperó rápidamente y lo tuvimos en nuestro país con todas las energías que esperábamos de este fabuloso artista, que muchos desconocen en nuestro territorio, pero realmente es una verdadera joya del rock. Sangre, muerte, bizarrismo, juegos de tortura, experimentos, humo, luces psicodélicas y otros condimentos hacen al show de Alice único e imperdible.




Con la excusa del tour mundial “No more Mr Nice guy”, Alice se presentó en Buenos Aires, en una noche de sábado expectante. El microestadio empezó a llenarse muy de a poco, hasta casi colmarse, con un público alentador, básicamente metalero, aunque ese no es exactamente el estilo del bizarro rockero.
Alice Cooper, cuyo nombre real es Vincent Damon Furnier, comenzó originalmente como una banda del mismo nombre, que luego el cantante tomo para su carrera solista. La banda dio sus primeros pasos a mediados de los 60, con influencias como Jimi Hendrix, Frank Zappa, The Doors, The Who, etc. Así lanzaron tres discos, reconocidos ya como ultra clásicos, estamos hablando de: “Killer” (1971), “School`s out” (1972) y “Billion dollar babies” (1973). Más tarde Vicent Furnier, toma el nombre de Alice Cooper para su carrera solista, donde abre esta etapa con el disco “Welcome to my nightmare”. La placa se realizó al estilo disco conceptual con la participación del actor de terror Vicent Price, contando la historia de las pesadillas de un niño llamado Steve.
El estilo que desarrolló Alice en los 70, se trata de lo que se llamaba Shock Rock, un género que prioriza en sus shows la teatralidad en las salidas a escena. Lo que caracterizó específicamente a Cooper, son las representaciones de sus canciones con materias relacionadas al cine de terror. Así mismo la música y letras se acercan a este género cinematográfico, brindando un clima de oscuridad y rock and roll. Este estilo influenció a muchos artistas como Kiss, White Zombie, Mötley Crüe, Twisted Sister, Diamond Head, Marilyn Manson, entre otros.

El terror comienza
Después de la presencia de la banda de metal Logos que puso lo suyo en el escenario, se desplegó una gran bandera que hacía de telón con un dibujo genial de Alice que parecía asemejar una portada ochentosa de película de horror. El momento se acercaba hasta que se apagaron las luces de Malvinas y de cortina comenzó a correr la intro relatada por Vicent Price en el disco nombrado anteriormente “Welcome to my nightmare”, dando un ambiente tenebroso. De pronto se tiro abajo el telón y empezó a sonar “The Black widow”, donde se pudo ver Cooper sobre una alta tarima con seis brazos más que asemejaban a una araña. Cabe destacar que la banda que acompaña al cantante en esta gira esta formada por: Steve Hunter (guitarra, Tommy Henriksen, Damon Jhonson (guitarra), Chuk Garric y Glen Sobel (batería).
Pero eso era sólo el comienzo del show.
La lista de temas se basó en canciones clásicas, las que todos queríamos escuchar, era como escuchar el recital de tus sueños. Le siguió “Brutal Plant”, “I’m Eighteen” y “Under my wheels”, los cuales se agitaron en un coro general de todos los presentes. En “Billion dollar babies” (que no podía faltar) el cantante empuñó una espada estilo mosquetero con decenas de billetes verdes con su rostro que los tiró al público extasiado.

Escenario caliente
Alice se movía en el escenario de forma jovial, como si sus 63 años no le pesaran nada, solamente algunas arrugas delatan las décadas que pasaron desde sus primeras notas rockeras.
Lo destacable del show era la producción que se hallaba detrás de él. El viejo Cooper, casi en cada tema deslumbraba con una vestimenta distinta, obviamente con mucho cuero negro y tachas brillante.
Siguiendo la cronología del recital, sonó el tema que le da nombre a la gira: “No more Mr Nice guy”, que al ser uno de los temas más populares retumbó en el microestadio casi tapando la voz origial. “Hey Stoopid”, también se sumó al coro masivo en el estribillo y en “Is it my body”, como no podía ser de otra manera Alice apareció sobre el escenario con una serpiente alrededor de su cuello, que paseaba y mostraba con risa pícara al público.
Luego, con una campera de cuero que rezaba “New Song”, Cooper se presentó con un tema inédito, denominado “I’ll bite yout face off”, nombre que luego al quitase el abrigo pudo leerse en la camisa escrita con lo que podría haber sido sangre.
Además, después de cantar “Muscle of love”; en la balada “Only women bleed”, Alice demostró su registro de voz impecable y bailó al estilo lento con una muñeca tamaño real. Inmediatamente termino este tema comenzó “Cold ethyl” donde la muñeca quedo tirada en el piso casi cansada de tanto revoleo.

Dr. Frankestein
La mejor parte del show comenzó con “Feed my Frankestein”, tema que seguramente recuerdan de la película “Wayne’s World”. En este tramo Alice apareció con un largo guardapolvo blanco al estilo Dr. Frankestein, por lo que realmente era imposible dejar de mirarlo. En la mitad de la canción el cantante se acerca a un rincón del escenario donde había una capsula de experimentos al estilo de las películas de terror bien viejas, el ayudante coloca un muñeco, Cooper aprieta un par de botones y Bum! Aparece un Frankestein gigante. Alucinante! Termina el tema y todos felices… Pero no! Este no es el final del show, todavía queda más.
Enseguida tocaron “Clones (We’re all)”, y el esperadísimo “Poison”, que reventó en el estribillo que rezaba “Vos sos veneno corriendo por mis venas!”.
Otro de los momento que nos mantuvo a todos expectantes, fue la intro para “I love the dead”, donde apareció la famosa guillotina, muy popular en sus shows, ahí es que uno encapuchados apresaron a Alice, para luego de unos minutos cortarle la cabeza, muy buen truco por cierto. Así es que uno de los atacantes agarró con saña la cabeza de goma, la beso violentamente y lanzó una escupida de sangre a todos los que se encontraban frente a la valla de contención, que lo recibieron con júbilo.

Llegando al final de la pesadilla
Obviamente que “School’s out” iba a ser tema para el final, comenzó con un Alice de galera negra con tachas plateadas y la energía igual o mayor que la del comienzo del concierto. En la mitad aparecieron sorpresivamente unos grandes globos, semejantes a las piñatas, que Cooper explotaba con una espada y caía de ellos papel picado y polvo. Mientras esto sucedía, de pronto las melodías dieron un giro y se escuchó “Another brick in the wall” de Pink Floyd, muy buena elección para un momento al límite.
Ya finalizando, otro cambio de vestimenta le llegó al villano, esta vez con bandera y camiseta de Argentina, galera y traje plateado. Junto a todo ese combo sonó en la pista “Elected” para terminar de explotar la noche.
Pero quedaba todavía tocar “Fire”, cover de otro grande: Jimi Hendrix. Una verdadera fiesta.
Así se despidió Alice Cooper de Argentina, un público contento se marchó del Microestadio Malvinas, con una sonrisa casi perpleja y más que la dosis diaria de rock.
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